NUEVO — Inyección del MIT financiada por Bill Gates podría proporcionar años de anticoncepción con una sola inyección
Ingenieros del MIT han ideado una nueva forma de administrar ciertos medicamentos en dosis más altas y con menos dolor, inyectándolos como una suspensión de diminutos cristales. Una vez bajo la piel, los cristales se agrupan en un depósito de medicamento que podría durar meses o años, eliminando la necesidad de inyecciones frecuentes.
Este proyecto comenzó como parte de una iniciativa financiada por la Fundación Gates para ampliar las opciones anticonceptivas, especialmente en países en desarrollo.
Una vez formados, los depósitos de medicamento son lo suficientemente compactos como para ser recuperables, lo que permite su extracción quirúrgica si es necesario interrumpir el tratamiento antes de que el medicamento se libere por completo.
NEW — Bill Gates-Funded MIT Injection Could Deliver Years of Contraception With One Shot
— Chief Nerd (@TheChiefNerd) March 24, 2025
“MIT engineers have devised a new way to deliver certain drugs in higher doses with less pain, by injecting them as a suspension of tiny crystals. Once under the skin, the crystals assemble… pic.twitter.com/xPahhPwiGn
Los ingenieros desarrollan una mejor manera de administrar medicamentos de larga duración
https://www.eurekalert.org/news-releases/1077654
CAMBRIDGE, MA -- Ingenieros del MIT han ideado una nueva forma de administrar ciertos medicamentos en dosis más altas y con menos dolor, inyectándolos como una suspensión de diminutos cristales. Una vez bajo la piel, los cristales se agrupan en un depósito de fármaco que podría durar meses o años, eliminando la necesidad de inyecciones frecuentes.
Este método podría resultar útil para administrar anticonceptivos de larga duración u otros medicamentos que requieren una administración prolongada. Dado que los medicamentos se dispersan en una suspensión antes de la inyección, pueden administrarse a través de una aguja estrecha que es más tolerable para los pacientes.
"Demostramos que podemos lograr una administración muy controlada y sostenida, probablemente durante varios meses e incluso años, mediante una aguja pequeña", afirma Giovanni Traverso, profesor asociado de ingeniería mecánica del MIT, gastroenterólogo del Hospital Brigham and Women's (BWH), miembro asociado del Instituto Broad y autor principal del estudio.
Los autores principales del artículo, que se publica hoy en Nature Chemical Engineering, son Vivian Feig, exinvestigadora posdoctoral del MIT y BWH, quien actualmente es profesora adjunta de ingeniería mecánica en la Universidad de Stanford; Sanghyun Park, estudiante de posgrado del MIT; y Pier Rivano, exinvestigador visitante en el laboratorio de Traverso.
Inyecciones más sencillas
Este proyecto se inició como parte de una iniciativa financiada por la Fundación Gates para ampliar las opciones anticonceptivas, especialmente en países en desarrollo.
“El objetivo general es brindar a las mujeres acceso a diversos formatos anticonceptivos que sean fáciles de administrar, compatibles con su uso en países en desarrollo y con diferentes periodos de duración de acción”, afirma Feig. “En nuestro proyecto en particular, nos interesaba combinar los beneficios de los implantes de acción prolongada con la facilidad de los inyectables autoadministrables”.
Existen suspensiones inyectables comercializadas en Estados Unidos y otros países, pero estos fármacos se dispersan por el tejido después de la inyección, por lo que solo funcionan durante unos tres meses. Se han desarrollado otros productos inyectables que pueden formar depósitos subcutáneos más duraderos, pero estos suelen requerir la adición de polímeros precipitantes que pueden representar entre el 23 % y el 98 % de la solución en peso, lo que puede dificultar la inyección del fármaco.
El equipo del MIT y el BWH buscaba crear una fórmula que pudiera inyectarse con una aguja de calibre fino y que tuviera una duración de al menos seis meses y hasta dos años. Comenzaron a trabajar con un anticonceptivo llamado levonorgestrel, una molécula hidrófoba capaz de formar cristales. El equipo descubrió que la suspensión de estos cristales en un disolvente orgánico específico provocaba que estos se ensamblaran en un implante altamente compacto tras la inyección. Dado que este depósito podía formarse sin necesidad de grandes cantidades de polímero, la fórmula del fármaco podía inyectarse fácilmente con una aguja de calibre fino.
El disolvente, benzoato de bencilo, es biocompatible y se ha utilizado anteriormente como aditivo en fármacos inyectables. El equipo descubrió que la escasa capacidad del disolvente para mezclarse con fluidos biológicos es lo que permite que los cristales sólidos del fármaco se autoensamblen formando un depósito subcutáneo tras la inyección.
“El disolvente es fundamental porque permite inyectar el fluido a través de una aguja pequeña, pero una vez en su lugar, los cristales se autoensamblan formando un depósito”, afirma Traverso.
Al modificar la densidad del depósito, los investigadores pueden ajustar la velocidad a la que se liberan las moléculas del fármaco en el organismo. En este estudio, demostraron que podían modificar la densidad añadiendo pequeñas cantidades de un polímero como la policaprolactona, un poliéster biodegradable.
“Al incorporar una cantidad muy pequeña de polímeros (menos del 1,6 % en peso), podemos modular la velocidad de liberación del fármaco, prolongando su duración y manteniendo la inyectabilidad. Esto demuestra la capacidad de ajuste de nuestro sistema, que puede diseñarse para adaptarse a una gama más amplia de necesidades anticonceptivas, así como a regímenes de dosificación personalizados para otras aplicaciones terapéuticas”, concluye Park.
Depósitos estables de fármaco
Los investigadores probaron su método inyectando la solución del fármaco por vía subcutánea en ratas y demostraron que los depósitos del fármaco podían permanecer estables y liberar el fármaco gradualmente durante tres meses. Tras finalizar el estudio de tres meses, aproximadamente el 85 % del fármaco permanecía en los depósitos, lo que sugiere que podrían continuar liberándolo durante un período mucho más largo.
“Prevemos que los depósitos podrían durar más de un año, basándonos en nuestro análisis posterior de los datos preclínicos. Se están realizando estudios de seguimiento para validar aún más su eficacia más allá de esta prueba de concepto inicial”, afirma Park.
Una vez formados los depósitos del fármaco, son lo suficientemente compactos como para ser recuperables, lo que permite su extracción quirúrgica si es necesario interrumpir el tratamiento antes de que el fármaco se libere por completo.
Este método también podría ser útil para la administración de fármacos para tratar afecciones neuropsiquiátricas, así como el VIH y la tuberculosis, afirman los investigadores. Ahora están avanzando hacia la evaluación de su aplicación en humanos mediante la realización de estudios preclínicos avanzados para evaluar el autoensamblaje en un entorno cutáneo con mayor relevancia clínica. "Este sistema es muy simple, ya que se compone básicamente de un disolvente, el fármaco, y luego se puede añadir un poco de polímero bioabsorbible. Ahora estamos considerando qué indicaciones abordaremos: ¿Se trata de anticonceptivos? ¿Se trata de otros? Estos son algunos de los aspectos que estamos empezando a analizar como parte de los próximos pasos hacia la aplicación en humanos", afirma Traverso.
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