miércoles, 21 de mayo de 2025

Investigadores de los NIH desarrollan una puntuación de biomarcadores para predecir dietas ricas en alimentos ultraprocesados.

 Investigadores de los NIH desarrollan una puntuación de biomarcadores para predecir dietas ricas en alimentos ultraprocesados.

Las puntuaciones de polimetabolitos podrían reducir la dependencia de datos dietéticos autodeclarados en estudios poblacionales a gran escala.

https://www.nih.gov/news-events/news-releases/nih-researchers-develop-biomarker-score-predicting-diets-high-ultra-processed-foods

Por primera vez, investigadores de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) identificaron patrones de metabolitos en sangre y orina que pueden utilizarse como una medida objetiva del consumo de energía de un individuo proveniente de alimentos ultraprocesados. Los metabolitos son residuos que quedan después de que el cuerpo convierte los alimentos en energía, un proceso conocido como metabolismo. Los científicos utilizaron estos datos para desarrollar una puntuación basada en múltiples metabolitos, conocida como puntuación de polimetabolitos, que tiene el potencial de reducir la dependencia de datos dietéticos autodeclarados o complementar su uso en estudios poblacionales a gran escala. Los hallazgos se publicaron el 20 de mayo de 2025 en PLOS Medicine.

“Las limitaciones de la dieta autodeclarada son bien conocidas. La metabolómica ofrece una oportunidad fascinante no solo para mejorar nuestros métodos de medición objetiva de exposiciones complejas, como la dieta y la ingesta de alimentos ultraprocesados, sino también para comprender los mecanismos por los cuales la dieta podría afectar la salud”, afirmó la investigadora principal, Erikka Loftfield, Ph.D., M.P.H., del Instituto Nacional del Cáncer de los NIH.

Las dietas ricas en alimentos ultraprocesados, definidos como productos listos para consumir o calentar, fabricados industrialmente, generalmente altos en calorías y bajos en nutrientes esenciales, se han relacionado con un mayor riesgo de obesidad y enfermedades crónicas relacionadas, incluyendo algunos tipos de cáncer. Los estudios poblacionales a gran escala que cuantifican los efectos de los alimentos ultraprocesados ​​en la salud suelen basarse en datos autodeclarados a partir de cuestionarios dietéticos. Estas medidas pueden estar sujetas a diferencias en la información y podrían no tener en cuenta los cambios en el suministro de alimentos a lo largo del tiempo. Como resultado de este estudio, los investigadores ahora cuentan con una medida objetiva de la ingesta de alimentos ultraprocesados ​​para ayudar a avanzar en el estudio de las asociaciones entre estos alimentos y los resultados de salud. En el nuevo estudio, los investigadores utilizaron datos de varios estudios existentes para identificar metabolitos y patrones de metabolitos en sangre y orina relacionados con la ingesta de alimentos ultraprocesados. Los datos observacionales provinieron de 718 adultos mayores que proporcionaron bioespecímenes e información dietética durante un período de estudio de 12 meses. Los datos experimentales provinieron de un pequeño ensayo clínico con 20 adultos en el Centro Clínico de los NIH que consumieron una dieta alta en alimentos ultraprocesados ​​(80 % de energía) y una dieta sin alimentos ultraprocesados ​​(0 % de energía) durante dos semanas cada una, en orden aleatorio.

Los investigadores encontraron cientos de metabolitos que se correlacionaban con el porcentaje de energía proveniente de alimentos ultraprocesados ​​en la dieta. Mediante aprendizaje automático, los investigadores identificaron patrones metabólicos asociados con la alta ingesta de alimentos ultraprocesados ​​y calcularon las puntuaciones de polimetabolitos en sangre y orina por separado. Pruebas adicionales revelaron que estas puntuaciones podían diferenciar con precisión, dentro de los sujetos del ensayo, entre la fase de dieta altamente procesada y la fase de dieta sin procesar.

Los participantes del estudio fueron adultos mayores estadounidenses cuyas dietas pueden variar con respecto a otras poblaciones, por lo que será necesario replicar los hallazgos en otros grupos de edad.
Los investigadores recomendaron evaluar y mejorar estas puntuaciones de polimetabolitos en poblaciones con diferentes dietas y una amplia gama de consumo de alimentos ultraprocesados. Además, futuras investigaciones deberían examinar la asociación entre estas puntuaciones de polimetabolitos y el riesgo de enfermedades como el cáncer y la diabetes tipo 2.

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El 90 % de la diabetes tipo 2 se cura con dieta. Incluso algunas erupciones cutáneas se pueden curar con alimentos, lo que rivaliza con medicamentos costosos.

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👉👉👉Una dieta cetogénica puede curar la diabetes, el cáncer, el Alzheimer, la esquizofrenia y más

 El Dr. Mark Hyman destaca el poder transformador de la dieta cetogénica, un régimen alto en grasas (75%), bajo en azúcares y almidón, rico en aceite de oliva, aguacates, frutos secos y grasas animales y lácteas. Al adaptar el cerebro a las cetonas (un combustible más limpio que la glucosa), activa los sistemas de reparación, potencia la función mitocondrial, reduce la inflamación y mejora la cognición.

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 El Dr. Thomas Seyfried, un destacado investigador del cáncer, ha demostrado en ratones que la combinación de una dieta cetogénica con la terapia de oxígeno hiperbárico puede prolongar los tiempos de supervivencia hasta en un 80 %.

La idea básica es la siguiente: los tumores dependen de la glucosa y la glutamina, combustibles que también los protegen de sufrir daños. Si se pasa a la cetosis, se eliminan esas defensas. Entonces, el oxígeno hiperbárico inunda la sangre con O2 disuelto (mucho más de lo que se logra con la respiración sola), lo que desencadena especies reactivas de oxígeno (ROS) dentro del tumor. Las ROS actúan como pequeñas granadas que destrozan las células cancerosas desde dentro.

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 "Desarrollamos la calculadora del índice de cetonas y glucosa en la Universidad de Boston, mis estudiantes y yo, porque estábamos tratando de trabajar con pacientes con cáncer, azúcar en sangre y cetonas de forma independiente. Teníamos un medidor de cetonas y un medidor de glucosa en sangre".

 

"Eso es muy interesante. Entonces, puedes tener ciertas frutas que te mantengan en esta zona metabólica de dolor. La llamo la zona paleolítica, que es la forma en que evolucionamos cuando no existía el cáncer".

Descubra el poder del Paleolítico: reduzca los riesgos de cáncer controlando su índice de glucosa y cetonas

El Dr. Thomas Seyfried recomienda dietas bajas en carbohidratos para controlar el índice de glucosa y cetonas (IGC), que es fundamental para la prevención y el tratamiento del cáncer. Los alimentos con un índice glucémico bajo son preferibles para evitar picos de azúcar en sangre.

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