lunes, 21 de julio de 2025

Cambio en el etiquetado de seguridad de la FDA de EE. UU. para las vacunas de ARNm contra la COVID-19

 Cambio en el etiquetado de seguridad de la FDA de EE. UU. para las vacunas de ARNm contra la COVID-19

 https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2836670

 El 25 de junio de 2025, la Administraci贸n de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), en colaboraci贸n con los fabricantes, a帽adi贸 advertencias de seguridad sobre miocarditis y pericarditis a la informaci贸n de prescripci贸n de las vacunas de ARN mensajero (ARNm) contra la COVID-19. Esta nueva advertencia ampl铆a el conocimiento sobre el rango de edad y la gravedad de la miocarditis, se帽alando que la incidencia estimada no ajustada de miocarditis y/o pericarditis fue de aproximadamente 27 casos por 1.000.000 (o 1 en 37.000) en hombres de 12 a 24 a帽os para la f贸rmula de vacunas de ARNm contra la COVID-19 de 2023 a 2024, y que, tras una mediana de seguimiento de aproximadamente 5 meses despu茅s de la vacunaci贸n, la persistencia de hallazgos anormales en la resonancia magn茅tica card铆aca (RMC), un marcador de lesi贸n mioc谩rdica, fue frecuente. Los datos no permiten desambiguar el riesgo seg煤n el fabricante. Esta medida surge tras la publicaci贸n de nuevos datos de un estudio retrospectivo multiinstitucional patrocinado por la FDA.¹ Dicho estudio incluy贸 a 333 pacientes hospitalizados con miocarditis tras recibir la vacuna contra la COVID-19, en quienes no se consider贸 plausible una etiolog铆a alternativa. La mediana de edad fue de 16 a帽os, y el 96 % present贸 dolor tor谩cico con una media de inicio de 3,2 d铆as despu茅s de la vacunaci贸n. Cabe destacar que el 82 % (177/216) de los casos de miocarditis asociada a la vacuna evaluados mediante resonancia magn茅tica card铆aca presentaron realce tard铆o de gadolinio (RTG). El LGE se asocia con peores resultados en otras cardiopat铆as2 y en pacientes con miocarditis3. Aunque no todos los casos fueron cl铆nicamente graves, el 2% de los pacientes (6/331) recibi贸 soporte inotr贸pico.1

Lo m谩s preocupante es que, durante una mediana de seguimiento de 159 d铆as, el 60% de los individuos (98/161) con LGE inicial presentaron persistencia y una minor铆a (5% [5/98]) present贸 empeoramiento del LGE y de los s铆ntomas. Un total de 4% de los pacientes (11/272) continuaron presentando arritmias tras una mediana de seguimiento de 31 d铆as y el 2% requiri贸 medicaci贸n antiarr铆tmica. Estos hallazgos plantean dudas sobre la evaluaci贸n beneficio-riesgo de la vacunaci贸n contra la COVID-19 en adolescentes varones y adultos j贸venes sanos.

Los hallazgos patrocinados por la FDA corroboran y ampl铆an informes previos. Un estudio de 2022 realizado por los Centros para el Control y la Prevenci贸n de Enfermedades (CDC) de EE. UU. realiz贸 una encuesta telef贸nica a m谩s de 500 personas de entre 12 y 29 a帽os con informes de miocarditis inducida por vacunas enviados al Sistema de Notificaci贸n de Eventos Adversos a las Vacunas. Los autores de los CDC encontraron que aproximadamente el 20% de los pacientes con miocarditis posvacunaci贸n ingresaron a cuidados intensivos en la presentaci贸n inicial. A los 90 d铆as de seguimiento, m谩s del 30% a煤n no hab铆an sido autorizados para la actividad f铆sica y aproximadamente el 25% todav铆a estaban tomando medicamentos diarios para tratar su miocarditis. Un estudio de 2024 de Francia consider贸 a pacientes hospitalizados con miocarditis dentro de los 7 d铆as posteriores a la recepci贸n de la vacuna con una edad media de 25,9 a帽os.4 Los autores encontraron que el 3,2% de los pacientes (18/558) requirieron rehospitalizaci贸n por miopericarditis dentro de los 18 meses, notando 1 muerte atribuible en este grupo.

 El historial de miocarditis asociada a la vacuna refleja oportunidades desaprovechadas para mitigar la seguridad. El primer informe de miocarditis tras la vacunaci贸n con ARNm se produjo en febrero de 2021 en Israel, un pa铆s que vacun贸 r谩pidamente a su poblaci贸n con la vacuna de ARNm de Pfizer.  https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa2109730

Sin embargo, el v铆nculo entre la vacunaci贸n contra la COVID-19 y la miocarditis no se acept贸 de inmediato, y, en abril de 2021, la entonces directora de los CDC declar贸 que no hab铆a observado una posible relaci贸n causal entre la vacunaci贸n y la miocarditis, a pesar de millones de dosis administradas. Los primeros informes indicaron tasas de hasta 300 por 1.000.000 entre hombres j贸venes que recibieron la segunda dosis del producto de Moderna<sup>5</sup> o aproximadamente 1 por 3.000 entre aquellos con mayor riesgo: hombres j贸venes posp煤beres.<sup>6</sup> Finalmente, los CDC reconocer铆an que las tasas m谩ximas de miocarditis en hombres j贸venes observadas mediante recolecci贸n pasiva, probablemente subestimando la incidencia real, alcanzaron las 100 por 1.000.000. Estados Unidos, en general, actu贸 con lentitud ante esta preocupaci贸n de seguridad, rezagado respecto a otros pa铆ses en cuanto a estrategias de mitigaci贸n, como aumentar el intervalo entre las dos primeras dosis para reducir el riesgo de miocarditis.<sup>7</sup>

Reconocer el riesgo de miocarditis para abril de 2021 tendr铆a importantes implicaciones regulatorias para las expansiones de edad pendientes. El 10 de mayo de 2021, la FDA ampli贸 la autorizaci贸n de uso de emergencia de la vacuna Pfizer contra la COVID-19 a personas de entre 12 y 17 a帽os. Una investigaci贸n del Congreso revela que el comisionado de la FDA, el director del Centro de Evaluaci贸n e Investigaci贸n de Productos Biol贸gicos y el director de los CDC expresaron reiteradamente sus dudas sobre emitir una advertencia sobre miocarditis en mayo. El 25 de junio de 2021, tras la autorizaci贸n de uso de emergencia en adolescentes, la FDA emiti贸 un comunicado de seguridad sobre miocarditis y pericarditis.

Quiz谩s debido a la autoselecci贸n o a un mayor retraso entre dosis, las dosis de refuerzo posteriores parecen haber presentado tasas m谩s bajas de miocarditis asociada a la vacuna. Sharff et al. encontraron una tasa de 1 en 10 000 para la primera dosis de refuerzo contra la COVID-19 (oto帽o de 2021).
Algunos analistas argumentan que, no obstante, estas tasas de miocarditis superan los posibles beneficios de la vacunaci贸n5,8 y han criticado la obligatoriedad de la vacunaci贸n y las dosis de refuerzo en adolescentes varones y adultos j贸venes de 12 a 29 a帽os. La FDA est谩 realizando estudios de modelado de beneficios y riesgos basados en el riesgo evolutivo de resultados graves de la COVID-19 y el da帽o card铆aco a largo plazo de la miocarditis asociada a la vacuna. La r谩pida acci贸n de la FDA al proporcionar un Cambio de Etiquetado de Seguridad (SLC) no debe considerarse una soluci贸n definitiva a esta inquietud. La FDA continuar谩 monitoreando la seguridad de las vacunas y podr铆a tomar medidas adicionales en relaci贸n con el SLC seg煤n sea necesario. Destacamos las siguientes cuatro lecciones clave de este evento.

En primer lugar, las vacunas pueden tener efectos adversos idiosincr谩sicos y preocupantes. Si bien muchas vacunas son milagrosas y salvan vidas, la capacidad de un producto inmunol贸gico de provocar da帽os imprevistos e idiosincr谩sicos sigue siendo real. Recientemente, la FDA suspendi贸 la administraci贸n de otra vacuna contra la chikungu帽a (IXCHIQ), una enfermedad tropical desatendida, debido a la muerte de dos pacientes y 15 casos de eventos adversos similares a la chikungu帽a.<sup>9</sup> Identificar con certeza aceptable las subpoblaciones en las que los beneficios superan los da帽os es fundamental para la toma de decisiones regulatorias. En parte debido a la incertidumbre sobre el perfil riesgo-beneficio de las vacunaciones repetidas contra la COVID-19 en poblaciones j贸venes sin factores de riesgo de enfermedad grave, la FDA anunci贸 un nuevo marco basado en la evidencia que exige ensayos controlados aleatorizados (ECA) en estas poblaciones antes de emitir nuevas aprobaciones de comercializaci贸n.<sup>10</sup>

En segundo lugar, el big data siempre tendr谩 un lugar en la regulaci贸n de medicamentos, productos biol贸gicos y vacunas. Si bien algunos cr铆ticos se帽alan la discordancia entre los ECA y los estudios observacionales sobre las mismas cuestiones cl铆nicas al realizar afirmaciones de eficacia, pocos cuestionan la necesidad de estudios observacionales amplios, bien dise帽ados y realizados para dilucidar los eventos adversos que no pueden detectarse en ECA preautorizaci贸n m谩s peque帽os. Nuestra mejor estimaci贸n de la incidencia no ajustada de miocarditis en el grupo demogr谩fico de mayor riesgo es de 1 en 37 000 para la formulaci贸n de 2023 a 2024, el 煤ltimo a帽o para el que existen datos. Los RCTs basados en resultados cl铆nicamente relevantes, como la reducci贸n de la enfermedad sintom谩tica (el criterio principal de valoraci贸n de futuros estudios de registro y poscomercializaci贸n de la COVID-19), ser谩n insuficientes para determinar con certeza un da帽o absoluto con esa tasa de incidencia.

En tercer lugar, la FDA debe actuar con rapidez cuando detecte indicios de seguridad. El actual SLC refleja el compromiso inquebrantable de la agencia de actuar ante la primera se帽al de da帽o grave para cualquier producto. La FDA conserva una amplia autoridad legal en casos de problemas de seguridad, incluyendo la capacidad de exigir el etiquetado de advertencias y precauciones, a帽adir contraindicaciones y limitar las indicaciones aprobadas. La FDA seguir谩 considerando estos posibles SLC bas谩ndose en el modelado y las conversaciones en curso sobre la relaci贸n beneficio-riesgo.

 

 En cuarto lugar, la carga de la prueba debe ser alta para vacunar a personas sanas con bajo riesgo de enfermedad grave. La FDA no recomienda ni exige productos m茅dicos, sino que autoriza indicaciones espec铆ficas de uso solo cuando existe una confianza sustancial de que los beneficios superan los riesgos y garantiza informaci贸n de etiquetado precisa y esencial para los usos previstos del producto. Una vez que la FDA aprueba un producto regulado, los profesionales de la salud pueden recetar el producto aprobado por la FDA para un uso no aprobado cuando el m茅dico lo considere m茅dicamente apropiado para su paciente espec铆fico. Dicho esto, la FDA no puede otorgar la aprobaci贸n para la comercializaci贸n en situaciones en las que no estamos seguros de que el beneficio potencial supere el da帽o. Cabe destacar que, para todas las vacunas contra la COVID-19 en el futuro, tanto las que utilizan tecnolog铆as de ARNm como las basadas en prote铆nas, la FDA no prev茅 otorgar la aprobaci贸n para la comercializaci贸n a personas sanas menores de 65 a帽os, descritas en nuestro marco de COVID-19 de 2025,10 en ausencia de datos de RCTs. Los m茅dicos que optan por vacunar a adolescentes varones y adultos j贸venes de entre 12 y 24 a帽os deben considerar la infecci贸n reciente, el riesgo absoluto de enfermedad grave y el riesgo de miocarditis asociada a la vacuna como factores clave para la toma de decisiones cl铆nicas.

Durante la pandemia de COVID-19, se implementaron con firmeza mandatos amplios y uniformes, que exig铆an la vacunaci贸n en poblaciones con perfiles de beneficio-riesgo potencialmente negativos. Esta estrategia arriesgada puede ser, en parte, responsable de la p茅rdida generalizada de confianza en la salud p煤blica y la medicina, as铆 como de la creciente reticencia a vacunar a todos. La confianza p煤blica tarda d茅cadas en construirse, pero puede perderse con una sola acci贸n. La acci贸n colectiva SLC de la FDA sobre los productos de ARNm representa un paso hacia la reconstrucci贸n de esa confianza.

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