La quema de carbón sucio está ayudando a Europa a mantener las luces encendidas
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La crisis energética de Europa ha reforzado las ambiciones de cambiar a fuentes de energía más ecológicas, pero por ahora el regreso al carbón sucio está demostrando ser crucial para ayudar a la región a mantener las luces encendidas.
Alemania, la economía más grande del continente, está quemando el combustible fósil para producir electricidad al ritmo más rápido en al menos seis años, según muestran los datos recopilados por Bloomberg. Constituyó más de un tercio de la energía del país en el tercer trimestre, un 13,3% más que el año anterior, y se espera que las importaciones de carbón aumenten aún más en 2023.
Si bien la escala del cambio de sentido del carbón en Alemania es grande, algunos otros países también han seguido ese camino. La Agencia Internacional de Energía dice que la reactivación temporal de las plantas de carbón en la mayoría de los países europeos “involucró una cantidad limitada de capacidad de energía de carbón”. Como resultado, el consumo mundial de carbón aumentará al nivel más alto de la historia este año a más de 8 mil millones de toneladas.
El regreso del combustible altamente contaminante, y relativamente barato, refleja los esfuerzos para evitar que los altos costos de la energía dañen severamente la actividad económica. Pero también demuestra la fragilidad de los objetivos climáticos frente a las preocupaciones sobre la seguridad energética, una compensación que probablemente influirá en la formulación de políticas europeas en los próximos años.
Un punto positivo en la renovación de la combinación energética de Europa tras la decisión de Rusia de reducir el suministro de gas natural es que las energías renovables también están desempeñando un papel más importante en la generación de energía.
Los parques eólicos del Reino Unido produjeron una cantidad récord de electricidad este año debido a que el clima racheado y una creciente flota de turbinas suavizaron el impacto del aumento de los precios del gas natural. E incluso en Alemania, donde el carbón experimentó las mayores ganancias en comparación con otras formas de generación de electricidad, la participación de las energías renovables aumentó en general, mientras que las fuentes convencionales disminuyeron.
Europa dependerá cada vez más de las energías limpias para llenar el hueco que deja el gas ruso. La UE está presionando para que el 45% de la electricidad provenga de energías renovables para 2030, y apunta a que el continente sea climáticamente neutral para 2050.
Por ahora, es probable que el clima templado durante las próximas vacaciones alivie la presión sobre las redes eléctricas de la región, que se vieron afectadas a principios de este mes por la primera ráfaga de frío del invierno. Si bien eso podría disminuir las probabilidades de una Navidad blanca en algunas partes de Europa, con suerte significa que tampoco será una Navidad muy dependiente del carbón.
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