Para prevenir la próxima pandemia, siga la ciencia
https://www.gavi.org/vaccineswork/prevent-next-pandemic-follow-science
La pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve el papel fundamental de las políticas basadas en evidencia para abordar las crisis sanitarias mundiales. También ha resaltado la necesidad de estrategias flexibles, atención médica equitativa y enfoques multidisciplinarios que cierren la brecha entre ciencia y políticas y mejoren la alfabetización científica.
La ciencia es crucial para mejorar la preparación y la prevención de pandemias. No solo profundiza nuestra comprensión de la transmisión y contención de patógenos, sino que también nos brinda la flexibilidad necesaria para adaptarnos a las circunstancias cambiantes. Confiar en la evidencia científica nos permite contener los riesgos a nivel local, minimizar el retraso entre la alerta temprana y la acción, garantizar la efectividad y confiabilidad de las medidas de control y acelerar el desarrollo y la implementación de tratamientos seguros, salvaguardando así la salud pública.
La pandemia de COVID-19 puso de relieve el papel fundamental de las políticas basadas en la ciencia para abordar las crisis sanitarias mundiales. Nos enseñó la importancia de establecer sistemas sólidos de alerta temprana, basar las decisiones en datos y fomentar la colaboración multidisciplinaria. También ha puesto de relieve la necesidad de estrategias flexibles, atención sanitaria equitativa, acceso generalizado a la vacunación y apoyo a la salud mental.
La confianza en la ciencia y la experiencia ha sido y sigue siendo vital para implementar medidas de control efectivas. Los formuladores de políticas deben prestar atención a las lecciones de la COVID-19 y centrarse en desarrollar la resiliencia y fomentar la cooperación internacional en preparación para futuras pandemias, manteniendo al mismo tiempo la confianza del público en la ciencia y los expertos a través de una comunicación clara. Reconocer los contextos sociales, económicos y geopolíticos ha demostrado ser tan esencial para la gestión de las crisis de salud pública como comprender los factores biológicos. Por lo tanto, adoptar un enfoque holístico que se alinee con el enfoque Una Salud es fundamental para diseñar políticas preventivas.
La prevención, la preparación y la respuesta eficaces requieren colaboración y coordinación continua entre científicos, formuladores de políticas, profesionales de la salud y el público en general. Para mitigar el impacto de las pandemias, debemos seguir comprometidos con la toma de decisiones basada en la ciencia, revisando y adaptando periódicamente nuestras estrategias.
Esto requiere un enfoque multifacético que cierre la brecha entre ciencia y política e involucre a todas las partes interesadas relevantes. Debemos garantizar que la investigación y los datos científicos sean transparentes y accesibles para los responsables de las políticas. Promover la publicación en acceso abierto y fomentar el intercambio de datos entre investigadores ya no es suficiente; debemos traducir los datos en conocimientos comprensibles y procesables.
Para implementar tal estrategia, los responsables de la formulación de políticas deberían centrarse en siete prioridades clave. En primer lugar, deben promover una cultura basada en evidencia que arraigue las decisiones en la investigación y los datos científicos, y aliente a los formuladores de políticas a consultar a expertos científicos y considerar sus recomendaciones.
En segundo lugar, los enfoques participativos son cruciales para obtener y sostener el apoyo público a las políticas basadas en la ciencia. Al crear plataformas y promover metodologías que fomenten el diálogo abierto, los científicos pueden tender puentes entre los formuladores de políticas, la sociedad civil y la comunidad científica en general.
En tercer lugar, es esencial organizar sesiones informativas y reuniones periódicas en las que los científicos puedan actualizar a los responsables de las políticas sobre los últimos hallazgos de las investigaciones y las amenazas emergentes. Estas sesiones informativas deben ser concisas y centrarse en conocimientos prácticos.
En cuarto lugar, los expertos deberían centrarse en mejorar la alfabetización científica entre los responsables de la formulación de políticas. Esto podría facilitarse mediante programas de capacitación, talleres y materiales educativos diseñados para simplificar conceptos científicos complejos.
En quinto lugar, los modelos científicos y la planificación de escenarios pueden ayudar a los responsables de la formulación de políticas a comprender las posibles implicaciones de diferentes decisiones. Estos modelos podrían proporcionar una base para formular estrategias efectivas y optimizar la asignación de recursos.
En sexto lugar, es fundamental realizar evaluaciones periódicas de riesgos basadas en evidencia científica para identificar posibles amenazas pandémicas. Estas evaluaciones deben considerar factores biológicos, sociales, económicos y geopolíticos.
Por último, las autoridades deben reconocer la complejidad de las amenazas emergentes de hoy. Dado que los riesgos para la salud pública están cada vez más entrelazados con las crisis climáticas, ambientales y sociales, el enfoque multidisciplinario y multisectorial Una Salud es la clave para abordar emergencias interconectadas.
Si hubiera habido una mayor inversión en investigación científica, cooperación internacional, medidas preventivas, infraestructura sanitaria y estrategias de respuesta equitativas antes del brote de COVID-19, el mundo habría estado mejor preparado. Teniendo esto en cuenta, hemos identificado varios principios que nos permitirán prepararnos para futuras pandemias.
Hacemos un llamado a los formuladores de políticas y a los investigadores de todo el mundo para que establezcan comités o grupos de trabajo interdisciplinarios de Una Salud que reúnan a formuladores de políticas, expertos, científicos de diversas disciplinas (incluidas las ciencias sociales) y otras partes interesadas. Estos comités serían responsables de analizar la evidencia científica, proponer estrategias que sean relevantes y adaptables y brindar orientación a los tomadores de decisiones.
Para mejorar la preparación y la capacidad de respuesta durante las crisis, abogamos por el desarrollo de mecanismos a nivel nacional que faciliten las discusiones entre científicos, tomadores de decisiones y el público en general. Esto fomentaría el intercambio de información y ayudaría a crear conciencia sobre los riesgos potenciales.
También recomendamos desarrollar indicadores que reflejen la salud social y económica a nivel local. Las autoridades deben considerar estos indicadores, junto con las posibles externalidades y otros factores que pueden precipitar emergencias de salud pública. En tiempos de incertidumbre, el principio de precaución debería guiar la toma de decisiones.
Proponemos implementar estrategias adaptativas que incorporen los últimos conocimientos científicos. Estos planes deben evaluarse y mejorarse periódicamente para reflejar los nuevos hallazgos. Un enfoque sistemático para la prevención, preparación y respuesta ante una pandemia podría ayudar a identificar qué medidas son efectivas y cuáles requieren ajuste.
La interacción activa con el público y los medios de comunicación será crucial para fomentar la comprensión de la ciencia detrás de las medidas de salud pública y garantizar que los mensajes correctos se comuniquen de manera clara y efectiva. Además, empoderar a las comunidades involucrándolas en el desarrollo de soluciones de prevención debería ser una alta prioridad.
La colaboración y coordinación científica internacional son imperativas. Al aprovechar las innovaciones pasadas y presentes, podemos maximizar el uso de los recursos y beneficiarnos de un conjunto global de conocimientos y datos.
La financiación a largo plazo también es vital para la toma de decisiones con base científica. La inversión en investigación, vigilancia y preparación debe mantenerse en el tiempo, y no únicamente en respuesta a una pandemia. Al ajustar los mecanismos de financiación para permitir flexibilidad en el respaldo de proyectos intersectoriales, podemos adaptar los objetivos a las necesidades locales.
La incorporación de soluciones basadas en la ciencia en la toma de decisiones es un proceso continuo que requiere colaboración, confianza y un compromiso firme para utilizar la mejor evidencia disponible para dar forma a políticas y acciones. Para garantizar la eficacia de las estrategias de prevención de pandemias, se deben establecer mecanismos de seguimiento y ajuste.
El sexto Foro Anual de Paz de París, que se celebrará del 10 al 11 de noviembre, en particular la sesión “De la ciencia a la política: ¿Cómo informar la toma de decisiones sobre prevención, preparación y respuesta a pandemias?” brindará a los formuladores de políticas y a los donantes la oportunidad de reflexionar sobre las lecciones aprendidas con tanto esfuerzo en los últimos tres años y enfrentar estos desafíos apremiantes de frente.
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