martes, 19 de noviembre de 2024

La ilusión de la atención: un sistema diseñado para el lucro, no para la salud

 La ilusión de la atención: un sistema diseñado para el lucro, no para la salud

Nuestro sistema de atención sanitaria no está roto, sino manipulado intencionadamente. La poderosa colusión entre los Institutos Nacionales de Salud (NIH), la academia y la industria biofarmacéutica ha transformado la atención sanitaria en una máquina con fines de lucro que prioriza la riqueza por sobre el bienestar de las personas.

La tríada de la corrupción: un análisis profundo de las fuerzas que impulsan el sistema

1. NIH

El mando corrupto:

•Pagos de regalías: los funcionarios del NIH recaudan millones de las grandes farmacéuticas, lo que garantiza que la investigación en salud pública alimente directamente a las ganancias privadas. Esto debe erradicarse.
•Sesgo de financiación: las subvenciones se destinan a proyectos que prometen ganancias lucrativas, mientras que se descuidan las enfermedades críticas que afectan a los pobres o a los menos rentables, lo que garantiza que la atención sanitaria esté determinada por las demandas del mercado, no por las necesidades públicas.

2. El mundo académico

Las torres de marfil al servicio de los intereses de la industria:

•Búsqueda de patentes: las universidades están obsesionadas con las patentes, en busca de ganancias, mientras que las áreas críticas de investigación, especialmente aquellas que no prometen retornos rápidos, quedan relegadas.

•Financiación de la industria: la santidad de la investigación académica ha sido vendida a las compañías farmacéuticas, y la investigación se ve contaminada por el dinero corporativo que manipula los resultados para adaptarse a los objetivos de la industria.

3. Las grandes farmacéuticas

Los titiriteros detrás de la cortina:

•Influencia del lobby: los gigantes farmacéuticos usan su enorme poder de lobby para doblar la legislación sanitaria a su voluntad, asegurando que el sistema beneficie sus ganancias, no al público.
•Ciencia selectiva: al seleccionar cuidadosamente los resultados de investigación que se publican, las grandes farmacéuticas controlan la narrativa sanitaria, suprimiendo los datos negativos y promoviendo productos que son más rentables, no más efectivos.

El costo humano de esta colusión

•Medicamentos tóxicos comercializados en masa: los medicamentos dañinos inundan el mercado con campañas publicitarias agresivas que causan daños y muertes. • El sufrimiento en venta: el énfasis en los medicamentos que generan grandes beneficios hace que innumerables enfermedades comunes no sean tratadas adecuadamente, mientras que los costos de estos medicamentos ponen la atención médica esencial fuera del alcance de la persona promedio.
• La confianza traicionada: la confianza del público en el sistema de atención médica se hace añicos cuando los intereses financieros se imponen a la atención genuina.
• Vidas perdidas por la avaricia: los pacientes mueren o sufren innecesariamente mientras las agendas impulsadas por el lucro retrasan o suprimen los tratamientos y curas que salvan vidas.

El llamado urgente para comenzar de nuevo

El cambio gradual ya no funcionará. Se debe desmantelar todo el sistema, comenzando por los intereses creados que lo han pervertido:

• Poner fin a la explotación: romper el dominio que los intereses impulsados ​​por el lucro tienen sobre la atención médica.
• Reconstruir la confianza: solo un sistema basado en la transparencia, la rendición de cuentas y las prácticas éticas puede restaurar la confianza del público en la atención médica.
• Salvar vidas: eliminar las barreras a la verdadera innovación en salud para que los tratamientos que salvan vidas puedan entregarse de manera rápida y eficiente a quienes más los necesitan.

El llamado a la acción

No se trata solo de exponer la colusión, sino de desmantelarla por completo. Hacemos un llamado a favor de un sistema de salud que:

•Ponga la atención personalizada en primer plano, porque la salud no es una solución única para todos.
•Garantice el acceso a la atención como un derecho: nadie debería verse excluido de la atención médica por su elevado precio.
•Respete el derecho a elegir el tratamiento: los pacientes merecen opciones informadas, no protocolos forzados.
•Fomente la innovación para el bien público, no para el beneficio de los intereses corporativos.

¡Construya un sistema de salud que realmente le sirva!

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