Un video conmovedor en el que aparece el abogado Aaron Siri expone la base inestable de las afirmaciones de que "las vacunas no causan autismo". Durante años, las autoridades sanitarias como los CDC han repetido este mantra, pero cuando Siri los presiona bajo juramento, los principales vacunólogos admiten: la ciencia no está ahí para respaldarlo, al menos no para muchas vacunas administradas en los primeros seis meses de vida. Analicemos esto.
En declaraciones realizadas por Aaron Siri, expertos como el Dr. Stanley Plotkin (editor de Plotkin's Vaccines, el estándar de oro en el campo) y la Dra. Catherine Edwards admiten que ningún estudio descarta específicamente un vínculo entre el autismo y las vacunas como DTaP, Hep B, IPV, Hib o Prevnar. Siri, que representa a clientes como ICAN, le preguntó a Plotkin en una declaración de 2018 si esperaría a que la ciencia fuera concluyente antes de decirles a los padres que las vacunas no causan autismo. ¿La respuesta de Plotkin? "No".
Prioriza la política de salud pública sobre los datos definitivos. En otro caso, Siri cuestionó a Edwards, un destacado vacunólogo, que admitió que los ensayos clínicos de estas vacunas no estaban diseñados para detectar el autismo como posible resultado. No existen estudios en ninguno de los dos sentidos para la mayoría de estas vacunas.
Esto no es nuevo. Desde la Ley Nacional de Lesiones por Vacunas Infantiles de 1986, el autismo ha sido una preocupación frecuente entre los padres. Sin embargo, los informes del Instituto de Medicina (IOM) de 1991 y 2012 no encontraron evidencia para confirmar o negar un vínculo causal con vacunas como la DTaP, porque los estudios no existen. Avanzamos rápidamente hasta 2020: una demanda federal encabezada por Siri obligó a los CDC a presentar estudios que respaldaran su afirmación de que las vacunas no causan autismo. ¿Resultado?
Proporcionaron 20 estudios: 19 irrelevantes para las vacunas en cuestión, y el vigésimo fue el informe del IOM de 2012 que decía que no hay datos.
Las grandes farmacéuticas obtuvieron inmunidad en 1986, pero los padres merecen respuestas. El consentimiento informado significa transparencia, no suposiciones. Mira el video, escucha a Siri confrontar a los expertos con sus propias palabras y pregúntate: ¿por qué seguimos en la oscuridad después de todos estos años?
A compelling video featuring attorney Aaron Siri exposes the shaky foundation of claims that "vaccines don’t cause autism." For years, health authorities like the CDC have repeated this mantra, but when pressed under oath by Siri, leading vaccinologists admit: the science isn’t… pic.twitter.com/rshqLtyG03
— Camus (@newstart_2024) March 7, 2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario