Hospital emite alerta de emergencia ante aumento de tumores cerebrales mortales entre enfermeras vacunadas contra la COVID-19
— Camus (@newstart_2024) April 5, 2025
Un hospital de Boston ha iniciado una investigación de emergencia después de que al menos diez enfermeras del centro, vacunadas contra la COVID-19, fueran diagnosticadas repentinamente con tumores cerebrales mortales.
El alarmante aumento de tumores cerebrales en el Hospital Newton-Wellesley ha generado un llamado urgente para una investigación exhaustiva sobre las posibles causas.
CBS News informó inicialmente que al menos diez enfermeras habían sido diagnosticadas con tumores cerebrales.
https://www.cbsnews.com/boston/news/newton-wellesley-hospital-nurses-brain-cancer-cases/
Algunos tumores eran malignos, otros benignos, y tres requirieron cirugía.
Sin embargo, los testimonios del personal del hospital sugieren que el número de casos confirmados podría ser mayor.
Una enfermera que trabajó en Newton-Wellesley durante casi una década y fue diagnosticada recientemente con un tumor cerebral, reveló que al menos 17 personas se habían presentado y estaban siendo evaluadas.
Esta estimación más alta también ha sido respaldada por la Asociación de Enfermeras de Massachusetts (MNA).
La MNA señala que más enfermeras han expresado su preocupación desde que se conoció la noticia.
“Estamos hablando con muchísimas más enfermeras y recopilando sus historiales médicos”, declaró un representante de la MNA, lo que refuerza la creciente preocupación.
Sigue sin estar claro si estos casos cumplen con el umbral estadístico para un “grupo de cáncer” formal.
Sin embargo, el aumento de informes ha intensificado la demanda de una investigación más profunda.
Mientras tanto, el Hospital Newton-Wellesley, parte de la red del Hospital General Brigham de Massachusetts, intenta restar importancia al aumento.
Las autoridades del hospital insisten en que el repentino aumento en los diagnósticos de tumores cerebrales es mera coincidencia.
En colaboración con el Departamento de Salud y Seguridad Ocupacional, el hospital inició una investigación, que concluyó que no había conexión entre los casos.
“La investigación no encontró riesgos ambientales relacionados con el desarrollo de tumores cerebrales”, anunció el hospital.
“Podemos asegurar con confianza a nuestro dedicado equipo y a todos nuestros pacientes que no existe ningún riesgo ambiental en nuestras instalaciones”.
La MNA, sin embargo, consideró insuficientes los esfuerzos del hospital.
El sindicato calificó la investigación de “completamente inadecuada”.
La MNA ha iniciado su propia investigación de emergencia para profundizar en el asunto.
“Estamos recibiendo informes de diferentes tipos de tumores cerebrales”, explicó el representante de la MNA.
“Podría haber riesgos ambientales, pasados o presentes, como la exposición al amianto o la radiación…”
“Es demasiado pronto para descartar nada”.
Más allá de las preocupaciones ambientales, se ha especulado sobre un posible vínculo con las “vacunas” de ARNm contra la COVID-19.
Al igual que muchas instituciones en todo el país, el Hospital Newton-Wellesley implementó un mandato de vacunación contra la COVID-19.
Debido a las estrictas normas del hospital, todas las enfermeras del centro están vacunadas contra la COVID-19, incluidas las diagnosticadas con tumores cerebrales.
Esto genera serias dudas sobre si las inyecciones contra la COVID-19 están relacionadas con los casos de tumores.
Sin embargo, la MNA, que representa a 25 000 enfermeras en 85 centros de salud de Massachusetts, ha descartado cualquier vínculo con la vacunación.
El sindicato, que apoyó los mandatos de vacunación, argumenta que los casos no están relacionados con las inyecciones de ARNm.
“Este es el único centro donde estamos experimentando algo similar”, insistió el representante de la MNA.
La MNA argumenta que los factores ambientales son una explicación más plausible.
Sin embargo, el profesor Wafik El-Deiry, destacado investigador del cáncer en la Universidad de Brown, afirma que deben examinarse todas las posibilidades.
“Es necesario recopilar historiales médicos completos, registros de vacunación e informes patológicos detallados de los tumores”, explicó.
“Es fundamental analizar muestras de sangre y tejido para detectar la presencia de la proteína de pico y otros posibles marcadores, a fin de determinar si estos cánceres comparten características moleculares”.
Dado el lapso relativamente corto en el que estos tumores han surgido y se han concentrado en la misma ubicación, algunos han especulado que el personal de enfermería de Newton-Wellesley podría haber recibido un lote defectuoso de inyecciones de ARNm.
La variabilidad de los lotes se ha relacionado previamente con diferencias en los eventos adversos.
Un estudio danés publicado en el European Journal of Clinical Investigation reveló que los efectos secundarios graves estaban fuertemente asociados con lotes específicos de la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer.
El-Deiry ha abogado por la secuenciación completa de nueva generación (NGS) en biopsias tumorales para identificar huellas de ADN potencialmente causales y patrones únicos de expresión de ARN.
Estudios recientes también han detectado contaminación de ADN plasmídico cancerígeno en "vacunas" de ARNm.
Varios laboratorios independientes han informado de la presencia de un promotor SV40 en el producto de Pfizer.
El promotor SV40 se relaciona con la formación de cáncer en estudios con animales y puede facilitar la importación nuclear de contaminación de ADN plasmídico, integrándose potencialmente en el genoma del huésped y alterando los oncogenes.
Independientemente de si esta tendencia emergente representa una verdadera crisis de salud pública o una desafortunada coincidencia, todas las explicaciones plausibles —ambientales, virales o relacionadas con las vacunas— deben investigarse rigurosamente.
Por ahora, el personal de enfermería afectado sigue buscando respuestas.
Las garantías del hospital no han logrado disipar las preocupaciones, y muchos miembros del personal se sienten desatendidos ante la creciente incertidumbre.
El-Deiry, uno de los principales candidatos al puesto de director del Instituto Nacional del Cáncer, ha solicitado una investigación urgente, transparente e imparcial sobre la situación en el Hospital Newton-Wellesley.
Si no investigamos a fondo este fenómeno, podríamos perder una oportunidad crucial para descubrir nuevos conocimientos sobre la causa del cáncer y, potencialmente, prevenir la aparición de más casos.
Afirma que los hospitales locales y las agencias estatales podrían tener poca experiencia para llevar a cabo una investigación tan exhaustiva, lo que sugiere que se requiere una supervisión independiente.
“Los departamentos de salud del gobierno estatal o federal tendrían que intervenir”, señaló El-Deiry.
Concluyó sugiriendo que “quizás se necesite a alguien como Robert F. Kennedy Jr. para exigir una investigación exhaustiva”.
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