miércoles, 16 de abril de 2025

Las vacunas utilizan nanopartículas de aluminio diseñadas

 Preguntas sin respuesta sobre el aluminio en las vacunas

Se dice que el aluminio presente en las vacunas es "seguro" porque se encuentra en cantidades minúsculas. Pero ¿qué sucedería si el tipo de aluminio utilizado (nanopartículas) se comportara de manera diferente? La ciencia sugiere que no hemos estudiado a fondo los riesgos. Esto es lo que sabemos (y lo que desconocemos):

1/ Nanopartículas de aluminio vs. aluminio ambiental
Las vacunas utilizan nanopartículas de aluminio diseñadas, que se unen firmemente a los antígenos (virus, bacterias, contaminantes). A diferencia del aluminio ambiental, estas partículas pueden atravesar barreras biológicas, incluida la barrera hematoencefálica.

2/ ¿El aluminio de las vacunas penetra en el cerebro?
Nadie ha estudiado esto en humanos.
Sin embargo, estudios en animales muestran que las nanopartículas de aluminio inyectadas persisten en el cerebro durante años o décadas. Si se las inyectamos a niños, ¿por qué no hemos rastreado su destino?

3/ Alzheimer y trastornos del neurodesarrollo
Se encuentran nanopartículas de aluminio en el cerebro de pacientes con Alzheimer. Mientras tanto, las discapacidades del desarrollo neurológico (autismo, TDAH) y las enfermedades autoinmunes están en auge. ¿Coincidencia? Nunca hemos descartado una relación.

4/ Inflamación crónica y autoinmunidad
Las vacunas están diseñadas para provocar una inflamación aguda que active la inmunidad. Pero ¿qué ocurre si esta se vuelve crónica? Más del 50 % de los niños padecen actualmente afecciones inflamatorias (asma, convulsiones, trastornos autoinmunes). ¿Podría ser un factor el mimetismo molecular (cuando el cuerpo ataca sus propios tejidos)?

5/
La conexión entre Gardasil, la vacuna contra la hepatitis B y la gripe
Los estudios vinculan estas vacunas con respuestas autoinmunes. El sistema inmunitario a veces no puede distinguir las proteínas virales de las propias células del cuerpo. Sin embargo, se nos dice que las vacunas son "inequívocamente seguras". ¿Dónde están los datos de seguridad a largo plazo?

En resumen:
Se nos dice que "la ciencia está decidida", pero persisten preguntas cruciales:
- ¿Se acumula el aluminio de la vacuna en el cerebro? ¿Podría la inflamación crónica causada por las vacunas impulsar la epidemia actual de enfermedades infantiles?
¿Por qué los organismos reguladores no estudian esto?


Hasta que tengamos respuestas, "seguro" es una suposición, no un hecho.

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