Nueva Zelanda abandona el esfuerzo de Jacinda Ardern por alcanzar cero emisiones netas
New Zealand abandons Jacinda Ardern’s net zero push
El país planea expandir sus yacimientos de gas en alta mar tras la prohibición de la perforación petrolera por "desastre"
Nueva Zelanda ha abandonado su objetivo de cero emisiones netas al revocar la prohibición de la perforación de petróleo y gas.
El gobierno del país confirmó el cambio en su último presupuesto esta semana, que reveló planes para invertir 200 millones de dólares neozelandeses (90 millones de libras esterlinas) en nuevos yacimientos de gas en alta mar.
Este cambio de postura marca el fin de una política anunciada por la ex primera ministra Jacinda Ardern en 2018. Ardern afirmó entonces que "el mundo ha dejado atrás los combustibles fósiles". Su intento de prohibición ha sido replicado en Gran Bretaña por Ed Miliband, el Secretario de Clima, quien detuvo todas las nuevas perforaciones en el Mar del Norte tras el triunfo del Partido Laborista en las elecciones del año pasado.
Sin embargo, Nicola Willis, ministra de finanzas de Nueva Zelanda, ha relegado la política de Ardern al olvido al anunciar planes para expandir los yacimientos de gas marinos.
En particular, busca atraer a compañías internacionales de petróleo y gas con un subsidio de 200 millones de dólares neozelandeses (88 millones de libras esterlinas) financiado por los contribuyentes. Esto ocurre después de que el cambio planeado de Nueva Zelanda hacia las energías renovables fracasara, generando precios más altos y aumentando el riesgo de apagones.
Shane Jones, ministro de recursos del país, afirmó que la prohibición de Ardern había sido un desastre.
Añadió: «Estamos sufriendo las consecuencias de la escasez de suministro. El Gobierno no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados y ver cómo nuestra industria y manufactura disminuyen debido a preocupaciones sobre la seguridad energética. Estamos centrados en el crecimiento de la economía neozelandesa, la creación de empleo y el aumento de la prosperidad y la resiliencia». El gas natural seguirá siendo fundamental para el suministro de energía segura y asequible a los neozelandeses durante al menos los próximos 20 años.
La decisión de revertir la prohibición se produjo tras tres años de aumento de los precios de la energía que dejaron a 110.000 hogares sin calefacción, según Consumer NZ, una organización sin ánimo de lucro. Transpower, el equivalente a la Red Nacional del Reino Unido, también advirtió previamente que el país corría un alto riesgo de apagones debido a que las energías renovables no producían suficiente energía durante las olas de frío.
Sean Rush, abogado británico que ahora dirige la consultora Sean Rush Energy and Infrastructure Law en Wellington, Nueva Zelanda, declaró: «Finalmente, el gobierno neozelandés se armó de valor y reconoció que el cambio climático no es una amenaza existencial, sino una economía sin combustibles fósiles.
El gobierno del Reino Unido debería prestar atención a lo que ocurre cuando se frena la exploración. La inversión se desvanece, las empresas que dependen del gas cierran y los precios de la electricidad se disparan. Se trata de una política climática devastadora que representa la amenaza existencial para las economías modernas».
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