lunes, 24 de marzo de 2025

En cambio, están demostrando que es un problema bioquímico, impulsado por un sistema saturado de toxinas (como vacunas o factores ambientales).

 El Dr. James Neuenschwander y el equipo de http://6layers.org están cambiando el panorama del autismo. Olvídense de la vieja narrativa de que el autismo es puramente genético, intratable e inevitable, relegado a terapia y psicotrópicos. En cambio, están demostrando que es un problema bioquímico, impulsado por un sistema saturado de toxinas (como vacunas o factores ambientales). Esto significa dos cosas revolucionarias: el autismo es tratable y, mejor aún, prevenible.

Tomen como ejemplo la deficiencia de folato cerebral, una causa conocida de convulsiones y autismo mudo en niños. ¿La solución? No es una cirugía cerebral, sino altas dosis de folato, una simple vitamina B. Y aquí está el truco: alrededor del 70% de los niños con espectro autista tienen anticuerpos autoinmunes que bloquean el receptor que lleva el folato al cerebro. Imaginen saber eso al nacer, o incluso en el útero, porque las madres también suelen ser portadoras de esos anticuerpos. Si comienzan a administrar folato en dosis altas a una edad temprana, podrían cambiar la situación por completo.

Con 5,4 millones de personas en EE. UU. en el espectro autista y un costo promedio de vida de entre 2 y 3 millones de dólares por persona, hay mucho en juego. Las cifras siguen aumentando, pero no tienen por qué hacerlo. Esto no es un callejón sin salida genético del tipo «¡Ay de mí!», sino un llamado a la acción. MAPS (Academia Médica de Necesidades Pediátricas Especiales) y http://6layers.org lideran la iniciativa para replantear el autismo, prevenirlo y tratarlo. Es hora de cambiar el rumbo para siempre.

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