jueves, 10 de abril de 2025

El profesor Angus Dalgleish, reconocido oncólogo, ha expresado su preocupación por las vacunas de ARNm contra la COVID-19

 El profesor Angus Dalgleish, reconocido oncólogo, ha expresado su preocupación por las vacunas de ARNm contra la COVID-19, afirmando que pueden inducir cáncer de diez maneras distintas, dos o tres de las cuales le resultan particularmente aterradoras.

Señala problemas de contaminación, en particular la presencia de SV40, un estimulante oncogénico, en la vacuna de Pfizer. Expertos como McKernan, Speicher, Rao y Wachholz, junto con un nuevo artículo de Würzburg, confirman que esta contaminación puede convertir las células en cáncer.

Aún más alarmante, Dalgleish advierte que la proteína de la espícula y el ARNm se unen a los principales genes supresores de tumores (P53, BRCA y MSH), la "policía del cáncer" de nuestro cuerpo. Estos genes, al mutar, aceleran la aparición del cáncer desde los 70-80 años hasta los 20-40.

Estamos observando un aumento repentino de los cánceres colorrectales, vinculados a la MSH y al síndrome de Lynch, lo cual se alinea con este mecanismo. Dalgleish argumenta que administrar estas vacunas a los niños conlleva el riesgo de replicar estas mutaciones universalmente, una perspectiva catastrófica. Insiste en que estas vacunas, utilizadas para una enfermedad que rara vez es mortal, deben prohibirse de inmediato.

La evidencia es abrumadora, y quienes defienden su uso deben rendir cuentas por el daño ya causado y el desastre que se avecina si continuamos. Esto no es solo un debate médico; es un imperativo moral.

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