miércoles, 30 de abril de 2025

El senador Ron Johnson expone el control de las grandes farmacéuticas sobre la respuesta a la COVID-19: Un llamado a frenar la locura del ARNm

 El senador Ron Johnson expone el control de las grandes farmacéuticas sobre la respuesta a la COVID-19: Un llamado a frenar la locura del ARNm

El senador Ron Johnson (republicano por Wisconsin), un defensor intrépido durante la crisis de la COVID-19, expone la corrupción que contaminó la respuesta estadounidense a la pandemia.
Desde su privilegiada posición estratégica en primera línea de la lucha, Johnson expone cómo las agencias federales de salud, incluyendo los NIH y los CDC, fueron capturadas por la agenda lucrativa de las grandes farmacéuticas.

Relata su frustración con figuras como Francis Collins, quien descartó las opciones de tratamiento tempranas e impulsó una estrategia de "no hacer nada", dejando que los pacientes se deterioraran hasta que los protocolos hospitalarios —que a menudo incluían respiradores y remdesivir— sellaron su destino. "Una vez conectado a un respirador, tenías un 90 % de probabilidades de morir", señala Johnson con crudeza.

La defensa de Johnson lo conectó con el movimiento por la libertad médica y con el Dr. Michael Yeadon, veterano de 30 años de Pfizer y exvicepresidente de investigación. Yeadon, experto en toxicología, estaba furioso con las inyecciones de ARNm, advirtiendo a Johnson que no eran vacunas, sino terapias génicas diseñadas para inducir la producción de proteínas de pico tóxicas.

“El cuerpo ataca lo extraño, causando inflamación: miocarditis, problemas neurológicos”, explica Johnson, citando la alarma de Yeadon ante el hecho de que sus colegas ignoraran los riesgos toxicológicos conocidos. También destaca cómo las nanopartículas lipídicas aseguraron la propagación del ARNm más allá del brazo, atravesando barreras como la hematoencefálica, a pesar de las garantías públicas de lo contrario.

El análisis de los datos del VAERS por parte del senador reveló miles de muertes, el 46 % ocurridas a los pocos días de la vacunación; sin embargo, las agencias lo desestimaron con una actitud de “muerte de personas”. La presión de Johnson por la transparencia encontró resistencia, y señala cómo los datos de V-Safe, publicados tras demandas judiciales, mostraron que el 8 % de los receptores buscaron atención médica. “Detuvimos la vacuna contra la gripe porcina por mucho menos”, afirma, denunciando el sabotaje a tratamientos tempranos como la ivermectina y la hidroxicloroquina, que salvaron vidas cuando los tribunales obligaron a los hospitales a permitirlos.

Si bien reconoce el potencial del ARNm para aplicaciones específicas, como el cáncer terminal, Johnson advierte contra su uso generalizado sin pruebas rigurosas. “Debemos bajar el ritmo”, insiste, exigiendo que las inyecciones de ARNm contra la COVID se retiraran a principios de 2021.

Este caso explosivo exige rendición de cuentas y una reevaluación de la confianza en nuestras instituciones sanitarias. ¡Comparte esta publicación para iniciar el debate!

  👉👉MEGA BOMBA del exdiputado británico Andrew Bridgen:

"Sabía que el virus y las vacunas eran un arma biológica. Además, nuestras fuerzas armadas distribuyeron las vacunas por todo el mundo", dice Bridgen. "Llegaron a bases militares en Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido, y, obviamente, no se las trataba como mercancías. Se las trataba como armas. Así que no había controles de calidad, y así es como sortearon todas esas regulaciones".

"Hablé de esto en Washington en Navidad de 2022 con el senador Ron Johnson", añade Bridgen.

Cuando Gunn le pregunta a Bridgen por qué ha sucedido esto, responde:

"O sea, tiene que ser corrupción, ¿no? ..
. Me temo que ahora tengo la firme impresión de que nuestras agencias de inteligencia no están trabajando para la gente. Están trabajando para algo más, y no para la gente".



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