viernes, 8 de agosto de 2025

Instamos a los gobernadores a que exijan que las facultades de medicina de sus estados dicten un curso obligatorio sobre nutrición.

Instamos a los gobernadores a que exijan que las facultades de medicina de sus estados dicten un curso obligatorio sobre nutrición.

 Las decisiones médicas deben basarse en un solo principio: el bienestar de la persona, nunca en una bonificación económica ni en una orden gubernamental. Los médicos merecen la libertad de usar su formación, seguir la ciencia y decir la verdad sin temor a ser castigados.

.@CDCgov Acaba de publicar un estudio que confirma la urgente necesidad de mejorar la salud en Estados Unidos: los alimentos ultraprocesados representaron el 53 % de las calorías consumidas por adultos y el 62 % por niños. El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) está llamando la atención sobre este factor que contribuye a las enfermedades crónicas.

 Consumo de alimentos ultraprocesados en jóvenes y adultos: Estados Unidos, agosto de 2021-agosto de 2023

 https://www.cdc.gov/nchs/products/databriefs/db536.htm

Los alimentos ultraprocesados tienden a ser hiperpalatables, densos en energía, bajos en fibra dietética y contienen poca o ninguna cantidad de alimentos integrales, además de tener altas cantidades de sal, edulcorantes y grasas no saludables (1). El consumo de alimentos ultraprocesados se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y mortalidad por cualquier causa (2). Este informe presenta estimaciones sobre los alimentos ultraprocesados durante agosto de 2021 a agosto de 2023, según los principales contribuyentes calóricos y el porcentaje medio de calorías totales procedentes de alimentos ultraprocesados, por sexo, edad, ingresos familiares y tendencias de 10 años.

👉👉👉Existe todo un cuerpo emergente de investigación científica que vincula el microbioma con la salud mental: lo que llaman la conexión intestino-cerebro.

  El eje intestino-cerebro: influencia de la microbiota en el estado de ánimo y la salud mental

  https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC6469458/

 El eje intestino-cerebro es una red de comunicación bidireccional que conecta los sistemas nervioso entérico y central. Esta red no solo es anatómica, sino que también incluye vías de comunicación endocrinas, humorales, metabólicas e inmunitarias. El sistema nervioso autónomo, el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA) y los nervios del tracto gastrointestinal conectan el intestino y el cerebro, permitiendo que el cerebro influya en las actividades intestinales, incluida la actividad de las células efectoras inmunitarias funcionales; y que el intestino influya en el estado de ánimo, la cognición y la salud mental. 


La evidencia clínica, epidemiológica e inmunológica sugiere que la microbiota entérica influye de forma extensa y profunda en la relación intestino-cerebro (es decir, en el estado mental, la regulación emocional, la función neuromuscular y la regulación del HPA). La investigación continúa dilucidando los mecanismos de acción que explican los efectos de la microbiota, tanto directos como indirectos, en los centros emocionales y cognitivos del cerebro¹ y ha demostrado que las fluctuaciones de la microbiota están vinculadas a cambios en estos sistemas de comunicación².

Por ejemplo, varios trastornos del estado de ánimo, como la ansiedad, la depresión y los trastornos del espectro autista, tienen vínculos bien establecidos con alteraciones funcionales gastrointestinales, mientras que las enfermedades gastrointestinales

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