Como de costumbre, los grandes medios de comunicación me atacan por algo que no dije para distraer la atención de lo que sí dije.

 Como de costumbre, los grandes medios de comunicación me atacan por algo que no dije para distraer la atención de lo que sí dije.

En la reunión de gabinete de ayer, dije: «Hay dos estudios que muestran que los niños circuncidados a temprana edad tienen el doble de probabilidades de padecer autismo, y es muy probable que se deba a que se les administra Tylenol».

Una revisión de Patel et al. de agosto de 2025 en http://Preprints.org valida directamente mi argumento de que la correlación observada con el autismo en niños circuncidados se explica mejor por la exposición al paracetamol, no por la circuncisión en sí.

Newsweek reflejó mis comentarios con la mayor precisión.

USA Today informó parcialmente lo que dije, pero utilizó un enfoque engañoso.

New York Post lo distorsionó por completo con su titular, insinuando que dije que la circuncisión causa autismo.

Así que, una vez más, los grandes medios de comunicación optan por difamarme en lugar de educar a los estadounidenses investigando la ciencia.

El artículo al que me refería identifica el estudio danés sobre la circuncisión de 2015 como «la evidencia independiente más convincente de que el acetaminofén desencadena autismo en bebés y niños susceptibles».

Presenta un modelo mecanicista que muestra que el acetaminofén actúa en combinación con el estrés oxidativo para causar daño al desarrollo neurológico.

Los autores del estudio califican la evidencia de «abrumadora» y argumentan que el principio de precaución exige evitar el acetaminofén durante el embarazo y la primera infancia, coincidiendo precisamente con mi advertencia pública.

En resumen, la prepublicación proporciona un marco científico riguroso que fundamenta mi interpretación: el riesgo proviene del uso de acetaminofén en bebés, no de la circuncisión en sí.

 https://www.preprints.org/manuscript/202508.0006/v1

 https://x.com/SecKennedy/status/1976679743408738739